¿Puede el sujeto aprehender realmente el objeto? Esta es la cuestión de la POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO HUMANO. (El Dogmatismo. El Escepticismo. El Subjetivismo y el Relativismo. El Pragmatismo. El Criticismo)
• El Dogmatismo: Es aquella posición epistemológica para la cual todavía no existe el problema del conocimiento. El dogmatismo da por supuesta la posibilidad y la realidad del contacto entre el sujeto y el objeto: la conciencia cognoscente aprehende su objeto. Esta posición se sustenta en una confianza de la razón humana, todavía no debilitada por ninguna duda.
El contacto entre el sujeto y el objeto no puede parecer problemático a quien no ve que el conocimiento representa una relación. No ve que el conocimiento es por esencia una relación ente el sujeto y un objeto. Cree, por el contrario, que los objetos del conocimiento nos son dados absolutamente y no meramente por obra de la función intermediaria del conocimiento.
Según la concepción del dogmatismo, los objetos de la percepción y los objetos del pensamiento nos son dados de la misma manera: directamente en su corporeidad.
También los valores existen, pura y simplemente, para el dogmático.
Como actitud de hombre ingenuo, el dogmatismo es la posición primera y más antigua. En el período originario de la filosofía griega domina de un modo casi general. Las reflexiones epistemológicas no aparecen, en general, entre los presocráticos. Estos pensadores se hallan animados todavía por una confianza ingenua en la capacidad de la razón humana. Vueltos por entero hacia el ser, hacia la naturaleza, no sienten que el conocimiento mismo es un problema. Se plantea este problema por primera vez, son los sofistas.
• El Escepticismo: ¨Los extremos se tocan¨. El dogmatismo se convierte, muchas veces, en su contrario, en el escepticismo (cavilar, examinar). Mientras aquél considera la posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto, como algo comprensible de suyo, éste la niega. Según el escepticismo, el sujeto no puede aprehender el objeto. El conocimiento, en el sentido de una aprehensión real del objeto, es imposible. Por eso no debemos emitir pronunciar ningún juicio, sino abstenernos totalmente de juzgar.
Mientras el dogmatismo desconoce en cierto modo el sujeto, el escepticismo no ve el objeto. Su vista se fija en tan exclusivamente en el sujeto, en la función del conocimiento, que ignora por completo la significación del objeto. Su atención se dirige íntegramente a los factores subjetivos del conocimiento humano. Observa cómo todo conocimiento está influido por la índole del sujeto y de sus órganos de conocimiento, así como por circunstancias exteriores (medios, círculo cultural). De este modo escapa a su vista el objeto, que es, sin embargo, tan necesario para que tenga lugar el conocimiento, puesto que éste representa una relación entre un sujeto y un objeto.
El escepticismo se encuentra ante todo en la Antigüedad. Su fundador es Pirrón de Elis (360-270). Según él, no se llega a un contacto entre del sujeto y el objeto. A la conciencia cognoscente le es imposible aprehender su objeto. No hay conocimiento. De dos juicios contradictorios, el uno es, por ende, tan exactamente verdadero como el otro. Como no hay conocimiento ni juicio verdadero, Pirón recomienda la abstención de todo juicio.
El escepticismo académico, no es tan radical como este escepticismo antiguo o pirrónico. Según el escepticismo académico, es imposible un saber riguroso. No tenemos nunca la certeza de que nuestros juicios concuerden con la realidad. Nunca podemos decir, pues, que esta o aquella proposición sea verdadera; pero sí podemos afirmar que parece ser verdadera, que es probable. No hay por tanto, certeza, sino sólo probabilidad.
El escepticismo radical o absoluto se anula a sí mismo. Afirma que el conocimiento es imposible. Pero con esto expresa un conocimiento. En consecuencia, considera el conocimiento como posible de hecho y, sin embargo, afirma que es imposible. Incurre pues, en una contradicción consigo mismo.
No hay verdad ni certeza, pero sí probabilidad. No podemos tener nunca la pretensión de que nuestros juicios sean verdaderos, sino tan sólo la de que sean probables.
Por escepticismo entendemos, en primer término, efectivamente, el escepticismo general y de principio. El escepticismo metafísico es llamado habitualmente positivismo. Según esta posición, que remonta a Augusto Comte (1798-1857), debemos atenernos a lo positivamente dado, a los hechos inmediatos de la experiencia y guardarnos de toda especulación metafísica. Sólo hay conocimiento y un saber, el propio de las ciencias especiales, pero no un conocimiento y un saber filosófico – metafísico.
Por errado que el escepticismo sea, no se le puede negar cierta importancia para el desarrollo espiritual del individuo y de la humanidad. Es, en cierto modo, un fuego purificador de nuestro espíritu, que limpia éste de prejuicios y errores y le empuja a la continua comprobación de sus juicios.
En la historia de la filosofía el escepticismos e presenta como el antípoda del dogmatismo. Mientras éste llena a los pensadores e investigadores de una confianza tan bienaventurada como excesiva en la capacidad de la razón humana, aquél mantiene despierto el sentido de los problemas. El escepticismo hunde el taladrante aguijón de la duda en el pecho del filósofo, de suerte que éste no se aquieta en las soluciones dadas a los problemas, sino que se afana y lucha continuamente por nuevas y más hondas soluciones.
• El Subjetivismo y El Relativismo: según éstos, hay una verdad: pero ésta tiene una validez limitada. No hay ninguna verdad universalmente válida. El subjetivismo, como ya lo indica su nombre, limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga. Éste puede ser tanto el sujeto individual o el individuo humano como el sujeto general o el género humano. En el primer caso tenemos un subjetivismo individual; en el segundo, un subjetivismo general. Según el primero, un juicio es válido únicamente para el sujeto individual que lo formula (para los demás puede ser falso).
Para el subjetivismo general hay verdades supraindividuales, pero no verdades universalmente válidas. Ningún juicio es válido más que para el género humano.
El relativismo está emparentado con el subjetivismo. Según él, no hay tampoco ninguna verdad absoluta, ninguna verdad universalmente válida; toda verdad es relativa, tiene una sola validez limitada (la influencia del medio, del espíritu, del tiempo, la pertenencia a un círculo cultural determinado).
El Escepticismo, el Subjetivismo y el Relativismo, se encuentran ya en la antigüedad. Los representantes cásicos del subjetivismo son los sofistas.
El subjetivismo y el relativismo incurren en una contradicción análoga a la del escepticismo. Éste juzga que no hay no hay ninguna verdad, y se contradice a sí mismo.
Una verdad que no sea universalmente válida representa un sinsentido. La validez universal de la verdad está fundada en la esencia de la misma. La verdad significa la concordancia del juicio con la verdad objetiva. Si existe esa concordancia, no tiene sentido limitarla a un número determinado de individuos. Si existe, existe para todos. El dilema es: o el juicio es falso, y entonces no es válido para nadie, o es verdadero y entonces es válido para todos, es universalmente válido.
El subjetivismo y el relativismo son en el fondo, escepticismo. Pues también ellos niegan la verdad, si no directamente, como el escepticismo, indirectamente, atacando su validez universal.
• El Pragmatismo: Como el escepticismo, también el pragmatismo abandona el concepto de verdad en el sentido de la concordancia entre el pensamiento y el ser. Pero el pragmatismo no se detiene en esta negación, sino que remplaza el concepto abandonado por un nuevo concepto de la verdad. Según él, verdadero significa útil, valioso, fomentador de la vida.
Según el pragmatismo, el hombre no es en primer término un ser teórico o pensante, sino un ser práctico, un ser de voluntad y acción. Su intelecto está íntegramente al servicio de su voluntad y de su acción. El intelecto es dado al hombre, no para investigar y conocer la verdad, sino para poder orientarse en la realidad. Su verdad consiste en la congruencia de los pensamientos con los fines prácticos del hombre, en que aquellos resulten útiles y provechosos para la conducta práctica de éste. El intelecto no le ha sido dado para conocer la verdad, sino para obrar.
• El Criticismo: Una posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo, se llama el criticismo (examinar).
El criticismo comparte con el dogmatismo la fundamental confianza a la razón humana. Está convencido de que es posible el conocimiento, de que hay una verdad. Pero mientras esta confianza induce al dogmatismo a aceptar despreocupadamente, por decirlo, así, todas las afirmaciones de la razón humana y a no reconocer límites al poder del conocimiento humano, el criticismo, próximo en esto al escepticismo, une a la confianza en el conocimiento humano, en general, la desconfianza hacia todo conocimiento determinado. El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón humana y no acepta nada despreocupadamente. Dondequiera pregunta por los motivos y pide cuentas a la razón humana. Su conducta no es dogmática ni escéptica, sino reflexiva y crítica. Es un término medio entre la temeridad dogmática y la desesperación escéptica.
En la Antigüedad con Platón y Aristóteles y ente los estoicos; en Descartes y Leibniz y todavía en Locke y Hume. Sin embargo, el verdadero fundador del criticismo es Kant, cuya filosofía se llama pura y simplemente criticismo. Según él, el escepticismo y el dogmatismo, son posiciones exclusivistas. La una tiene una confianza ciega en la razón humana, la otra, una desconfianza, sin previa crítica. El criticismo supera ambos exclusivismos.
El Criticismo es ` aquel método de filosofar que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones y las razones en que las mismas descansan, método que da la esperanza de llegar a la certeza`.
En la cuestión de la posibilidad del conocimiento, el criticismo es la única posición justa.
Preguntas a Resolver:
1. Con respecto a la POSIBILIDD DEL CONOCIMIENTO HUMANO, qué plantea El Dogmatismo?
2. Con respecto a la POSIBILIDD DEL CONOCIMIENTO HUMANO, qué plantea El Escepticismo?
3. El subjetivismo y El Relativismo, al negar la validez universal del conocimiento humano, en qué contradicción caen?
4. Si el Criticismo, es la posición justa en la posibilidad del conocimiento humano, explique por qué y cuál es su importancia.
• El Dogmatismo: Es aquella posición epistemológica para la cual todavía no existe el problema del conocimiento. El dogmatismo da por supuesta la posibilidad y la realidad del contacto entre el sujeto y el objeto: la conciencia cognoscente aprehende su objeto. Esta posición se sustenta en una confianza de la razón humana, todavía no debilitada por ninguna duda.
El contacto entre el sujeto y el objeto no puede parecer problemático a quien no ve que el conocimiento representa una relación. No ve que el conocimiento es por esencia una relación ente el sujeto y un objeto. Cree, por el contrario, que los objetos del conocimiento nos son dados absolutamente y no meramente por obra de la función intermediaria del conocimiento.
Según la concepción del dogmatismo, los objetos de la percepción y los objetos del pensamiento nos son dados de la misma manera: directamente en su corporeidad.
También los valores existen, pura y simplemente, para el dogmático.
Como actitud de hombre ingenuo, el dogmatismo es la posición primera y más antigua. En el período originario de la filosofía griega domina de un modo casi general. Las reflexiones epistemológicas no aparecen, en general, entre los presocráticos. Estos pensadores se hallan animados todavía por una confianza ingenua en la capacidad de la razón humana. Vueltos por entero hacia el ser, hacia la naturaleza, no sienten que el conocimiento mismo es un problema. Se plantea este problema por primera vez, son los sofistas.
• El Escepticismo: ¨Los extremos se tocan¨. El dogmatismo se convierte, muchas veces, en su contrario, en el escepticismo (cavilar, examinar). Mientras aquél considera la posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto, como algo comprensible de suyo, éste la niega. Según el escepticismo, el sujeto no puede aprehender el objeto. El conocimiento, en el sentido de una aprehensión real del objeto, es imposible. Por eso no debemos emitir pronunciar ningún juicio, sino abstenernos totalmente de juzgar.
Mientras el dogmatismo desconoce en cierto modo el sujeto, el escepticismo no ve el objeto. Su vista se fija en tan exclusivamente en el sujeto, en la función del conocimiento, que ignora por completo la significación del objeto. Su atención se dirige íntegramente a los factores subjetivos del conocimiento humano. Observa cómo todo conocimiento está influido por la índole del sujeto y de sus órganos de conocimiento, así como por circunstancias exteriores (medios, círculo cultural). De este modo escapa a su vista el objeto, que es, sin embargo, tan necesario para que tenga lugar el conocimiento, puesto que éste representa una relación entre un sujeto y un objeto.
El escepticismo se encuentra ante todo en la Antigüedad. Su fundador es Pirrón de Elis (360-270). Según él, no se llega a un contacto entre del sujeto y el objeto. A la conciencia cognoscente le es imposible aprehender su objeto. No hay conocimiento. De dos juicios contradictorios, el uno es, por ende, tan exactamente verdadero como el otro. Como no hay conocimiento ni juicio verdadero, Pirón recomienda la abstención de todo juicio.
El escepticismo académico, no es tan radical como este escepticismo antiguo o pirrónico. Según el escepticismo académico, es imposible un saber riguroso. No tenemos nunca la certeza de que nuestros juicios concuerden con la realidad. Nunca podemos decir, pues, que esta o aquella proposición sea verdadera; pero sí podemos afirmar que parece ser verdadera, que es probable. No hay por tanto, certeza, sino sólo probabilidad.
El escepticismo radical o absoluto se anula a sí mismo. Afirma que el conocimiento es imposible. Pero con esto expresa un conocimiento. En consecuencia, considera el conocimiento como posible de hecho y, sin embargo, afirma que es imposible. Incurre pues, en una contradicción consigo mismo.
No hay verdad ni certeza, pero sí probabilidad. No podemos tener nunca la pretensión de que nuestros juicios sean verdaderos, sino tan sólo la de que sean probables.
Por escepticismo entendemos, en primer término, efectivamente, el escepticismo general y de principio. El escepticismo metafísico es llamado habitualmente positivismo. Según esta posición, que remonta a Augusto Comte (1798-1857), debemos atenernos a lo positivamente dado, a los hechos inmediatos de la experiencia y guardarnos de toda especulación metafísica. Sólo hay conocimiento y un saber, el propio de las ciencias especiales, pero no un conocimiento y un saber filosófico – metafísico.
Por errado que el escepticismo sea, no se le puede negar cierta importancia para el desarrollo espiritual del individuo y de la humanidad. Es, en cierto modo, un fuego purificador de nuestro espíritu, que limpia éste de prejuicios y errores y le empuja a la continua comprobación de sus juicios.
En la historia de la filosofía el escepticismos e presenta como el antípoda del dogmatismo. Mientras éste llena a los pensadores e investigadores de una confianza tan bienaventurada como excesiva en la capacidad de la razón humana, aquél mantiene despierto el sentido de los problemas. El escepticismo hunde el taladrante aguijón de la duda en el pecho del filósofo, de suerte que éste no se aquieta en las soluciones dadas a los problemas, sino que se afana y lucha continuamente por nuevas y más hondas soluciones.
• El Subjetivismo y El Relativismo: según éstos, hay una verdad: pero ésta tiene una validez limitada. No hay ninguna verdad universalmente válida. El subjetivismo, como ya lo indica su nombre, limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga. Éste puede ser tanto el sujeto individual o el individuo humano como el sujeto general o el género humano. En el primer caso tenemos un subjetivismo individual; en el segundo, un subjetivismo general. Según el primero, un juicio es válido únicamente para el sujeto individual que lo formula (para los demás puede ser falso).
Para el subjetivismo general hay verdades supraindividuales, pero no verdades universalmente válidas. Ningún juicio es válido más que para el género humano.
El relativismo está emparentado con el subjetivismo. Según él, no hay tampoco ninguna verdad absoluta, ninguna verdad universalmente válida; toda verdad es relativa, tiene una sola validez limitada (la influencia del medio, del espíritu, del tiempo, la pertenencia a un círculo cultural determinado).
El Escepticismo, el Subjetivismo y el Relativismo, se encuentran ya en la antigüedad. Los representantes cásicos del subjetivismo son los sofistas.
El subjetivismo y el relativismo incurren en una contradicción análoga a la del escepticismo. Éste juzga que no hay no hay ninguna verdad, y se contradice a sí mismo.
Una verdad que no sea universalmente válida representa un sinsentido. La validez universal de la verdad está fundada en la esencia de la misma. La verdad significa la concordancia del juicio con la verdad objetiva. Si existe esa concordancia, no tiene sentido limitarla a un número determinado de individuos. Si existe, existe para todos. El dilema es: o el juicio es falso, y entonces no es válido para nadie, o es verdadero y entonces es válido para todos, es universalmente válido.
El subjetivismo y el relativismo son en el fondo, escepticismo. Pues también ellos niegan la verdad, si no directamente, como el escepticismo, indirectamente, atacando su validez universal.
• El Pragmatismo: Como el escepticismo, también el pragmatismo abandona el concepto de verdad en el sentido de la concordancia entre el pensamiento y el ser. Pero el pragmatismo no se detiene en esta negación, sino que remplaza el concepto abandonado por un nuevo concepto de la verdad. Según él, verdadero significa útil, valioso, fomentador de la vida.
Según el pragmatismo, el hombre no es en primer término un ser teórico o pensante, sino un ser práctico, un ser de voluntad y acción. Su intelecto está íntegramente al servicio de su voluntad y de su acción. El intelecto es dado al hombre, no para investigar y conocer la verdad, sino para poder orientarse en la realidad. Su verdad consiste en la congruencia de los pensamientos con los fines prácticos del hombre, en que aquellos resulten útiles y provechosos para la conducta práctica de éste. El intelecto no le ha sido dado para conocer la verdad, sino para obrar.
• El Criticismo: Una posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo, se llama el criticismo (examinar).
El criticismo comparte con el dogmatismo la fundamental confianza a la razón humana. Está convencido de que es posible el conocimiento, de que hay una verdad. Pero mientras esta confianza induce al dogmatismo a aceptar despreocupadamente, por decirlo, así, todas las afirmaciones de la razón humana y a no reconocer límites al poder del conocimiento humano, el criticismo, próximo en esto al escepticismo, une a la confianza en el conocimiento humano, en general, la desconfianza hacia todo conocimiento determinado. El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón humana y no acepta nada despreocupadamente. Dondequiera pregunta por los motivos y pide cuentas a la razón humana. Su conducta no es dogmática ni escéptica, sino reflexiva y crítica. Es un término medio entre la temeridad dogmática y la desesperación escéptica.
En la Antigüedad con Platón y Aristóteles y ente los estoicos; en Descartes y Leibniz y todavía en Locke y Hume. Sin embargo, el verdadero fundador del criticismo es Kant, cuya filosofía se llama pura y simplemente criticismo. Según él, el escepticismo y el dogmatismo, son posiciones exclusivistas. La una tiene una confianza ciega en la razón humana, la otra, una desconfianza, sin previa crítica. El criticismo supera ambos exclusivismos.
El Criticismo es ` aquel método de filosofar que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones y las razones en que las mismas descansan, método que da la esperanza de llegar a la certeza`.
En la cuestión de la posibilidad del conocimiento, el criticismo es la única posición justa.
Preguntas a Resolver:
1. Con respecto a la POSIBILIDD DEL CONOCIMIENTO HUMANO, qué plantea El Dogmatismo?
2. Con respecto a la POSIBILIDD DEL CONOCIMIENTO HUMANO, qué plantea El Escepticismo?
3. El subjetivismo y El Relativismo, al negar la validez universal del conocimiento humano, en qué contradicción caen?
4. Si el Criticismo, es la posición justa en la posibilidad del conocimiento humano, explique por qué y cuál es su importancia.
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