viernes, 26 de junio de 2009

LOS PARADIGMAS

Nota Aclaratoria: este texto, también se encuentra en ALAS AL VIENTO 10
(Para Reflexionar)
Amigo estudiante:

El siguiente es un texto que al abordarlo, Usted deberá explayar su¨ proyecto de vida¨ sobre el mismo, y expresar su opinión al respecto: Qué somos. Qué seremos. Cómo seremos.

LOS PARADIGMAS

¨Si queremos realizar cambios y mejoras de poca entidad de una manera paulatina, trabajemos con prácticas, conductas o actitudes. Pero, si queremos hacer mejoras grandes e importantes, trabajemos con paradigmas.
La palabra paradigma procede de la palabra ¨paradeigma¨ y originalmente era un término científico que hoy se suele para designar una percepción, una teoría, un supuesto, un marco de referencia o una lente a través de la cual contemplamos el mundo. Es como el mapa de un territorio o una ciudad. Si es inexacto, dará lo mismo que nos esforcemos mucho por encontrar nuestro destino o que pensemos de una manera muy positiva: nos perderemos igual. Si es exacto, la diligencia y la actitud sí que tendrán la importancia. ¨ (Covey, Stephen R. El 8º hábito. Paidós. Bogotá, 2005. Página 35)

Por ejemplo, en nuestro medio:

La brecha educativa actual: educación pública y educación privada,
La actitud de los estudiantes hoy,
La pobreza, su concepción y su reproducción.

El poder de un paradigma es: explica y luego guía.

Hoy en día, la insatisfacción general que se tiene, puede deberse a que poseemos un paradigma incompleto acerca de quiénes somos, de cuáles nuestras posibilidades o potencialidades, de seguir concibiendo las cosas de una forma errónea.

Por lo tanto, hay necesidad de re-visar, re-conceptualizar, re-formular, re-ordenar, re-pensar, re-tocar, y todos los ¨re¨ necesarios, para así poder adquirir la visión y actuación propia que re-querremos, para re-inventarnos y re-pensarnos, hasta el más alto grado de satisfacción.

¨Transformación, innovación y evolución, son otras tantas respuestas naturales para afrontar las crisis¨. (Valdés, Luigi. La re-evolución empresarial del Siglo XXI. Norma. Bogotá, 2002. Página 15)

¨La única fuente de riqueza será el saber y el conocimiento humano¨(Valdés, op. Cit).
El poder de la mente sustituirá finalmente al trabajo manual.

¨ (…) el mundo que surja del presente reordenamiento de valores, creencia, estructuras sociales y económicas, sistemas e ideas políticas, será diferente de cualquier cosa que se pueda imaginar hoy. ¨ (p.19)
Para una mejor comprensión haz clic en

lunes, 8 de junio de 2009

J. J. ROUSSEAU Y EL CONTRATO SOCIAL

Rousseau: El Contrato Social y la democracia participativa:

Comienza el Contrato Social afirmando que el hombre nació libre y, sin embargo, se encuentra encadenado.
Ahora bien, a pesar de las justificaciones que ha tenido la desigualdad (Aristóteles, Grocio, Hobbes), lo cierto es que no hay esclavos por naturaleza y si los hubiera, es contra naturaleza, porque los primeros esclavos fueron hechos por la fuerza y los siguientes permitieron su esclavitud por cobardía.

Para ser amo, incluso el más fuerte ha de convertir su fuerza en derecho y la obediencia en deber. Quien cede a la fuerza lo hace por necesidad o prudencia y no por su propia voluntad, y por tanto, no actúa por deber. Si la sola fuerza fuera legítima, entonces la legitimidad basada en ella cesaría en el momento en que alguien pudiese imponer una fuerza mayor, que se convertiría a su vez en legítima hasta que otra fuerza la venciese y así sucesivamente.
Por lo tanto, la obediencia ha de resultar de otros factores que puedan ser admitidos por quienes obedecen.

Qué hace legítimo a un poder?: la respuesta de Rousseau es que si la obediencia ha de ser entendida como un deber (y no sólo como una medida de prudencia o de necesidad), exigirá entonces algo más que la fuerza, deberá ser voluntaria. La aceptación voluntaria del poder, lo legitima.

El Pacto parte de la suposición, de que todo hombre en su interacción en el estado de naturaleza, llega a una situación límite, en la que su conservación y sus bienes están más allá de las posibilidades de defenderse por sí solo, con las únicas armas de su fuerza y libertad.
Por esta razón, se ve obligado a recurrir al concurso de los otros para conseguir el objetivo de conservar su vida y proteger sus bienes mediante la constitución de una asociación a la que todos pertenezcan, cuya fuerza común sea capaz de garantizarle dicho objetivo, pero con la condición esencial de que por su pertenencia a ella no pierda su libertad e independencia.

Para Rousseau, tal cosa será posible si cada asociado enajena completamente sus derechos a la asociación, porque si cada uno cumple con esa condición, entonces, es igual para todos y nadie tendrá ventaja sobre nadie; y puesto que cada uno adquiere sobre los otros los mismos derechos que se otorga a sí mismo, gana todo lo que pierde inicialmente por entrar al pacto, pero con la ventaja adicional de que tendrá más fuerza, la fuerza del cuerpo social, para defender lo suyo.
El Contrato Social puede definirse como ¨Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la Voluntad General, y nosotros recibimos corporativamente a cada miembro como parte invisible del todo¨.

Por el Pacto, todos los ciudadanos son iguales y poseen los mismos derechos, pero también las mismas obligaciones.

Al pasar del estado de naturaleza al Estado, los hombres cambian el instinto por la justicia, imprimiéndole moralidad a sus acciones. Igualmente se obligan a actuar por la razón y no por el capricho, lo que desarrolla sus capacidades; cambian la libertad natural y el derecho de posesión, por la libertad civil y el derecho de propiedad, que exige la existencia de un título positivo; ganan también libertad moral, se convierten en dueños de ellos mismos, la sujeción a la ley libra de la esclavitud del impulso y el apetito sin control.

Juan Jacobo Rousseau nació en Ginebra en 1712 y murió en 1778. Al nacer, muere su madre y es mal protegido por su padre, estando sometido a cuidados de otras personas quienes se hicieron cargo de él, en sus primeros años de infancia.

El pensamiento roussoniano, de gran vigor y penetración, determinó en buena manera los acontecimientos espirituales y políticos de llamado ¨Siglo de las Luces¨. La inminente Revolución Francesa, que no alcanzara a conocer, halló buena parte de su ideario intelectual en su pensamiento. Obras como Emilio, Las Confesiones, El Contrato Social, entre otras, constituyeron los cimientos sobre los cuales se intentó la transformación práctica de la historia.

viernes, 5 de junio de 2009

¨ ENSAYO SOBRE EL GOBIERNO CIVIL¨ (Locke)

Ensayo sobre el Gobierno Civil:

¨Cómo decidieron los hombres, originariamente libres y entregados a la más absoluta soberanía, coartar sus privilegios individuales y entregarse a una convivencia de la cual redundarían tantas contradicciones?¨

El hombre abdica de sus prerrogativas naturales en atención (a favor) a la convivencia. Pero, ¿cuáles fueron los motivos, el punto de partida, las condiciones previas al acuerdo, la situación de los sujetos particulares dentro de la sociedad conformada a partir del contrato?

Locke, considera que en la base de semejante determinación reside la racionalidad sustancial del ser humano. S trata, pues, de asociarse, de recortar conscientemente la libertad y la soberanía del estado natural, a cambio de conseguir en solidaridad las seguridades mínimas que permitan sobrevivir a la humanidad.

Pero como la decisión fue adoptada libre y voluntariamente por un ser racional y no por una bestia indolente y traidora, la abdicación no puede ser total. Todo lo contrario, la soberanía común, fruto del acuerdo de los individuos, nunca es absoluta.

El estado natural, en donde todos los hombres son libres e iguales, no significa en modo alguno un estado de guerra. No es preciso pues, un poder absoluto que someta a cada sujeto particular y lo conmine bajo la presión del terror. Los hombres han aprendido de la razón, que cada quien tiene en su interior, a su plena y permanente disposición, ¨que siendo todos iguales e independientes, nadie debe perjudicar a otro en su vida, en su salud, en su libertad, en su bien¨.

¨Tantas yugadas de tierra como el hombre puede labrar, sembrar y cultivar, y cuyos frutos puede consumir para su mantenimiento, son las que le pertenecen en propiedad¨.

Así, pese a estar bien a fin de no perder el rumbo, los hombres adoptan la asociación para esta mejor. Y estar mejor consiste esencialmente en contar con leyes reconocidas, establecidas y aprobadas por consentimiento común; en tener jueces que en cada caso particular y a raíz de controversias o conflictos, apliquen con seguridad y precisión aquellas leyes comunes y, finalmente, en contar con un poder coactivo que haga de obligatorio cumplimiento las determinaciones tomadas por los tribunales y jueces de acuerdo con la voluntad común.

La ficción del estado de naturaleza lockeano es la negación del hobbesiano: se trata de una situación hipotética en la que los individuos son libres de seguir sus propios cursos de acción, pues siendo seres racionales, su libertad sólo está limitada por la ley natural en virtud de la cual tienen iguales derechos y obligaciones, resultantes de la máxima racional que dice: ¨si todos somos iguales e independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o posesiones¨.

Para Locke la necesidad de pasar al Estado, a la sociedad política desde un Estado de naturaleza como el que describe, es el temor a la inseguridad que afecta a la libertad, la vida, las posesiones, todo lo cual es denominado por él como ¨propiedad¨, pues si bien en el estado de naturaleza cada individuo posee esos derechos, corre siempre el peligro constante de ser invadido por los otros.
El Estado de naturaleza tiene tres características:

La debilidad de la ley natural para hacerse obedecer.

La falta de un juez público imparcial que resuelva los conflictos que surjan, mediante el recurso de las leyes establecidas.

Falta de un poder que haga cumplir las leyes justas.

El contrato Social, es necesario para resolver estas tres carencias, renunciando a tres derechos del estado de naturaleza: a ser legislador, juez y gobernante, entregándoselos a las personas que las leyes hayan designado para esas funciones y comprometiéndose a respetar las leyes promulgadas por las personas autorizadas por la ley para esa función.

El Contrato debe garantizar el derecho de propiedad como un derecho básico y condición real de la libertad. El derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad, son garantes del Estado.

La separación de poderes es importante porque desconcentra el poder, evitando que quienes elaboran las leyes las hagan a su medida, dejando por fuera los intereses de la comunidad política. Para garantizar estos intereses, es necesario un gobierno constitucional que especifique las funciones y asegure la división del poder público.

John Locke nació en Inglaterra en 1632. Médico – filósofo en una época convulsionada por la lucha del poder, que lo inspira en su postura política. Muere en 1704.
El Ensayo sobre el gobierno civil, es la primera sustentación de una organización civil, liberal y democrática de la modernidad.

Montesquieu y la división de poderes:

Las sociedades del siglo XVIII, cuya actividad central era el comercio, se organizaban sin mayores vínculos ente sí en torno a grandes Estados que poseían una burocracia jerárquica centralizada para su administración y en las que los individuos perseguían sus propios intereses y era notoria la desigualdad de riqueza entre ellos.
Montesquieu, establece que el equilibrio se logra mediante una división del poder en tres ramas, ejecutivo, legislativo y judicial, división que busca evitar la centralización de la autoridad del gobierno. Ahora bien, como la libertad del individuo puede ser violada por el Estado en ejercicio de su poder, la estrategia es que el poder se controle a sí mismo, dividiéndose y consagrando dicha división a través de una constitución que garantice que los individuos puedan hacer, libres de toda interferencia estatal, lo que no está prohibido por la ley.
Charles Montesquieu (1689-1755, Francia): su obra maestra es el ¨ Espíritu de las Leyes ¨. Fue el primero en poner de relieve la interdependencia de todos los elementos de la vida social.

martes, 2 de junio de 2009

EL LEVIATAN

El Leviatán: un Estado protector poderoso

La experiencia inmediata o histórica del hombre y de su manera de vivir y mantenerse sobre la Tierra, presenta un dato radical: los seres humanos se buscan entre sí y construyen espacios comunes en los cuales viven y se reproducen. La soledad absoluta le es imposible al ser humano, y pese a las enormes dificultades que encuentra en compartir su cotidianidad con otros, cualquier esfuerzo resulta válido con el fin de conjurar el aislamiento.

El hombre se asocia, con el fin de combatir la miseria y el peligro. El pacto y la ayudad recíproca no pretenden otra cosa que la seguridad, y esta avidez de certeza y abrigo es el principio operativo de toda organización social y estatal.

Hobbes fundamenta la necesidad del Estado como instrumento regulador de la vida social.
Para Hobbes los individuos son por naturaleza egoístas; actúan desde la perspectiva de la posición del más fuerte para alcanzar sus objetivos y buscan indeclinablemente el poder.
Con estas características ¿cómo es posible la confianza y el respeto mutuo que aseguren la cooperación política y el cumplimiento de los Contratos? La respuesta viene dada desde un experimento mental en el que postula una hipotética situación inicial llamada estado de naturaleza¨, en la que los individuos, poseen ¨derechos naturales¨ para proteger sus vidas, siendo libres de hacer lo que quieran y contra quien quieran, usando los medios que consideren pertinentes. Una situación así desemboca en una continua lucha de todos contra todos, en la que ¨la vida es solitaria, desagradable, brutal y pobre¨

Para superar tal situación es necesario construir la paz, adhiriendo y respetando las leyes naturales en su trato con los otros, los cuales se resumirán en la regla de oro ¨no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti mismo¨.
Ello exigirá un consenso, un Contrato Social entre todos los individuos, en el que cada uno transferiría parte de su libertad (el derecho de autogobernarse) a una autoridad poderosa, un solo poder político, el soberano indivisible, encarnado en un Estado poderoso, que reúna en sí el poder de todos, reduzca todas las voluntades en una, para que los represente y gobierne a cambio de que les confirme su seguridad y paz sobre el presupuesto de que concentra tanto poder que inspira terror y puede domeñar la voluntad de todos.

La Legitimidad de este soberano hobbesiano, entonces, -su derecho a mandar y la obligación de los súbditos a obedecer- es el resultado de consenso de obediencia a cambio de seguridad y paz en el que se hubiesen firmado el Contrato Social.

Pero en Hobbes, aunque el Estado surge del consenso, una vez establecido éste, el individuo no podrá renunciar al Contrato ni cambiar el régimen de gobierno, ni el Estado podrá ser cuestionado, juzgado o sancionado por sus acciones.
El Estado podrá ¨decidir y controlar las enseñanzas, las opiniones, la religión¨. Por supuesto le competen los derechos de declarar la guerra y la paz, de hacer leyes sobre la propiedad (leyes civiles), de juzgar las controversias, de elegir los cargos públicos y administrativos, de recompensar y castigar, de honrar y ordenar.
Todos esos derechos son la esencia de la soberanía.

El súbdito, a su vez, tiene permitido todos aquello que el Estado no prohíba mediante la ley y es titular de los derechos que no pueden ser transferidos por el pacto, es decir que son irrenunciables, como el derecho a la defensa cuando el Estado no puede hacerlo, a la no autoinculpación, a no matarse a sí mismo o matar a otro (salvo cuando el Estado está en peligro o se es mercenario, podría ser justo que un soldado se rehusara a matar , aunque el Estado pudiera castigarlo por su negativa).

Tomás (Thomas) Hobbes nación en el año de 1588 en Inglaterra.
Formado académicamente en Oxford, buena parte de su vida intelectual la dedicó a sus labores como preceptor de la nobleza.
Su ansiedad por fundamentar un remedio definitivo a la situación que vivía en ese entonces su patria, le llevó a delinear una amarga comprobación: el hombre es un ser básicamente antisocial. Su convivir dentro de la historia se resume en una larga y cruenta guerra de ¨todos contra todos¨.
A los 91 años muere (1679).